martes, 10 de noviembre de 2015

COINCIDENCIAS O DESTINO (Parte V)

                                       Synchronicity

A veces no precipitarse produce buenos dividendos.  Resulta que hoy salió un artículo en el internet sobre la posible realidad de la existencia de mundos paralelos. Teoría o hipótesis ya formulada antes por varios astrónomos, pero solo era una simple suposición que era avalada únicamente por la teoría de las cuerdas que se basa en la existencia no ya de tres dimensiones sino de once. Esta última teoría se fundamenta en modelos matemáticos que corroboran la factibilidad de tal concepción del mundo en que vivimos. Claro está,  tal supuesto corresponde a la conclusión a que arribara un importante astrónomo, Ranga-Ram Chary, U.S. Plank Data Center’s Project manager in California, tras ciertas observaciones realizadas por él y sus colaboradores sobre una concentración de luz en cierta zona del universo que, según él, es 4,500 veces más brillante de lo  que debiera ser. Otros científicos se mantienen escépticos ante tal reclamo porque piensan se necesitan más observaciones y análisis de datos.
Este hecho lo traigo a colación con el objetivo de ilustrar cuan complejo es el llamado universo. Actualmente existen incontables especulaciones y pocas respuestas acerca de esto y de aquello, de la vida y la naturaleza.
Ahora, regresando al tema de este artículo: Synchronicity (término que no traduzco al español porque pudiera no ajustarse al verdadero origen y contenido de la palabra en inglés), esta teoría no puede ser explicada a través de la física clásica sino desde una perspectiva de la física quántica, y en especial a través del quantum entanglement . Es decir, una posible relación entre la mente y la materia así como también entre las mentes de la gente. Synchronicity phenomena, según Francois Martin, ph.D, del laboratorio de física teórica de la Universidad de Paris y Federico Carminati, ph.D, físico de una organización europea de la investigación nuclear, publicado en un artículo de ambos científicos titulado “Synchronicity, Quantum Information and the Psyche”,  está caracterizado por una coincidencia significativa la cual aparece entre un estado mental (subjetivo) y un evento ocurrido en el mundo exterior (objetivo).
En la física cuántica, un electrón en forma oscilatoria no estará en forma estable, fija, hasta que se realiza una medida.  El hecho de efectuar esa medida hace colapsar su estado oscilatorio anterior. El científico Francois Martin, mencionado anteriormente, ve el estado de una mente inconsciente similarmente al del electrón. La mente consciente actúa como el efecto de medición en el electrón.  La mente consciente hace colapsar la función ondulatoria de la mente inconsciente.
De acuerdo con esta teoría, apoyada por Francois Martin y Federico Carminati, el proceso cuántico ocurre en partes diferentes de la mente de una persona. Pero el proceso se extiende más allá de la mente de la persona en synchronicitic events (eventos sincronizados). Estos dos científicos creen que esta conexión entre una mente y otras pudiera ser posible a través de entanglement.
¿Y cómo dos o más personas pudieran estar entangled?
Quantum entanglement es un fenómeno en el cual pares o grupos de partículas que se han mantenido en contacto unas con otras parecen permanecer en contacto durante largas distancias. Y cuando una acción es realizada en una de las partículas, cambios correspondientes se observan en las otras. La analogía de este fenómeno en los seres humanos pudiera observarse, por ejemplo, en el continuo lazo o fusión entre niños que se convierten en adultos mientras sus padres envejecen. Esta conexión o lazo en el núcleo familiar, en el cual todos elementos se mantienen vinculados estrechamente por una constante interacción entre los miembros de esa familia como las emociones, las finanzas y las situaciones sociales que se desarrollan o tienen efecto en el seno del hogar.  
Hablando ahora de mi propia experiencia. Siempre he pensado, y así lo he expresado en diferentes medios, que “el hombre es esclavo de su educación”. Por ello cuando los miembros de una familia, empezando por la pareja, bien “educada”, es decir, los padres que han inducido sus preceptos, sus valores y hasta defectos a sus hijos, estos proseguirán, llevaran inherentes, durante largos años y aun  por siempre esos elementos, conceptos y actitudes ante los demás y la vida. Añádase a esto la herencia genética, la cual actúa como sello distintivo, definitorio. Y algunos pudieran objetar: ¿y esos hijos que son diferentes en casi todo a sus progenitores? La respuesta pudiera estar en que esos hijos fuera del contexto familiar son los electrones libres que no están asociados de ninguna manera con los demás.
Por supuesto, estos dos eminentes científicos reconocen que mayor número de investigaciones se requieren para respaldar de manera científica esta hipótesis.


Próximamente aparecerá el último artículo, VI, sobre este tema.

jueves, 22 de octubre de 2015

COINCIDENCIAS O DESTINO (Parte IV)

SYNCHRONICITY

Hoy, el mundo en que habitamos está tan materializado que solamente nos motivamos y movemos por todo aquello considerado estrictamente material.  Los jóvenes, mayormente, ven la vida a través de este lente mágico que les permite visualizar y hasta tocar si lo desean el “universo” que los rodea. El hombre es esclavo de su educación, y, en consecuencia, así actúa y percibe las cosas.  Unos son ateos y otros demasiados religiosos porque crecieron bajo una u otra influencia. Pero el ser humano no puede ser tan dogmático como para creer ciegamente en un principio, en una idea inducida en su mente. Está obligado, ante todo, a pensar, a dudar de la total veracidad de ese principio. ¿Por qué Albert Einstein y Max Planck, creadores de las Teoría de la Relatividad y Cuántica respectivamente,  fueron hombres religiosos hasta el final de sus días? Estos dos hombres revolucionaron la física y la visión del mundo y del universo.  Sin embargo, Stephen Kawking, un gran científico inglés de la época actual, víctima de la enfermedad de atrofia muscular, no parece ser religioso.  Cada uno tendrá sus razones para creer y no creer.
Ahora bien, mientras el ser humano se adentra en el extremadamente complejo universo, menos parece explicarse qué es éste realmente. Existió un científico suizo, Carl Gustav Jung, (1875-1961), médico y psicólogo, el fundador de la psicología analítica. Sus estudios han influenciado la psiquiatría, religión, filosofía, arqueología, antropología, literatura y otros campos relacionados. Él, basándose en ciertos estudios previos de otro científico, Paul Kammerer, 1919,  quien estudió coincidencia y usó el termino seriality, publicó un libro, The Law of Seriality,  y también en sus propias experiencias profesionales, creó la teoría de Synchronicity.  Una teoría creada con el propósito de hallar un vínculo entre ciencia y religión. Veamos una de las tantas definiciones de esta teoría: La ocurrencia simultánea de ciertos estados físicos con uno o más eventos externos que aparecen de manera significativa y paralelamente al estado subjetivo momentáneo.  También define esta teoría como “meaningful coincidence”, es decir, coincidencia significativa.  En otras palabras, cuando la división, la frontera, entre lo interno y externo se disuelve. Esta teoría fue considerada por algunos como la teoría de la psicología paralela a la teoría de la relatividad de Einstein.
Tratando de explicar esta teoría desde una perspectiva menos intrincada, simple, este científico infiere que cada acción que una persona ejecuta crea una resonancia en el universo. No existe un chance o una coincidencia, sino un vínculo. “Synchronicity es la teoría de la unidad”. Según la misma, nosotros estamos conectados por fuerzas desconocidas. Les trasmitimos nuestros pensamientos a otros como una telepatía. Todas las cosas y fenómenos, pasado, presente y futuro, están relacionados de alguna manera. De acuerdo con la física, la energía y materia no pueden ser creadas ni destruidas (principio de conservación de la energía).  El pensamiento es energía. Por lo tanto no puede ser destruido.
El autor de Synchronity mantuvo una estrecha relación profesional durante largos años con Albert Einstein y otro famoso físico teórico Wolfgang Pauli.  Este último fue un ferviente seguidor de la teoría de Jung.  A tal punto que él mismo formuló un principio al que llamó Efecto Pauli. Citaremos una anécdota: Es conocido que los físicos teóricos no manejaban bien o muy mal los equipos experimentales. Se cuenta que Pauli apenas entraba en un laboratorio, algo comenzaba a funcionar mal o alguna rotura se producía. Pues bien, una tarde un complicado aparato diseñado para el estudio del comportamiento de los átomos, del laboratorio de un conocido profesor, J. Franck en Göttingen , colapsó. Este profesor le escribió una carta a Jung ironizando sobre el incidente. Pocas semanas después recibió una carta respuesta de Jung, diciendo que esa tarde precisamente, él, Jung, yendo de viaje a visitar al famoso científico Bohr, el tren donde viajaba fue detenido por un tiempo en la estación de trenes de Göttingen, la ciudad del profesor J. Franck.  
En mi caso particular,  yo quería estudiar física. Pero lo único que me atraía era la física teórica, sin embargo, desistí de estudiar esta rama de la ciencia porque para poder graduarse en esta especialidad tenía que asistir y aprobar muchos cursos de laboratorio, los cuales detestaba.  Por otra parte, poseo habilidades manuales para realizar trabajos que requieren esta destreza. Una contradicción inexplicable.

Ahora, el día 21 de Octubre, publicaron un artículo en el internet, Einstein wouldn’t like it: New test proves the universe is “spooky”.  En uno de mis artículos anteriores acerca de coincidencia y destino, expuse lo que se conoce como fenómeno “entangled”, el cual establece que no importa cuán distantes estén dos partículas, ellas van a estar conectadas.  En este artículo se plantea que el universo es extraño, difícil de interpretar y predecir. 80 años atrás, los científicos catalogaron de la misma manera, desestimando, el reclamo de un científico de que la simple idea de observar una partícula pudiera instantáneamente cambiar un objeto muy distante. Científicos noruegos dijeron el mismo día, 10/21/15, que ellos han probado decisivamente que tal efecto es real. Einstein había predicho en 1935 que un efecto relacionado y previsto en la teoría cuántica era “spooky action at a distance”, o sea, una acción fantasmagórica a una distancia. Esta fenomenal verificación abre una puerta, hasta ahora cerrada para muchos, de que la teoría de Synchronicity de Carl Gustav Jung no era obra de un alucinado espiritista que veía las cosas y fenómenos a través de un prisma imaginario. Nada es tan material ni tampoco extremadamente espiritual que excluya uno del otro.

lunes, 7 de septiembre de 2015

COINCIDENCIAS O DESTINO, PARTE III


Muchos, para no generalizar, hablan de ciencia, del carácter científico de una rama, de un fenómeno o de un  enunciado sobre algún hecho ocurrido en el mundo en que vivimos.  Y, como es lógico pensar, surge la pregunta:  ¿qué se conoce por ciencia? Acudamos a algunos diccionarios:
Según The American Heritage College dictionary,  ciencia es: 1a. La observación, identificación, descripción, investigación experimental y explicación teórica de los fenómenos 1b. Tales actividades restringidas a una clase de fenómeno natural 1c. Tales actividades aplicadas a un objeto de estudio.
El pequeño Larousse Ilustrado, 2014, conjunto de conocimientos objetivos sobre ciertas categorías de hechos, de objetos o de fenómenos, que se basa en leyes comprobables y en una metodología de investigación propia.
Analicemos en detalle algunos aspectos de la definición de ciencia ofrecida por El Pequeño Larousse Ilustrado, 2014, en apariencia más completa: Transportémonos a la Edad Media (5th-15th century). Durante este periodo el desarrollo científico fue muy limitado. Las continuas invasiones a territorios y países eran tan frecuentes como las plagas de enfermedades que diezmaban a comunidades enteras. Eran una época prácticamente de supervivencia. Si alguien acudía con un brebaje, de hierbas, etc., para curar o aliviar una dolencia de alguna persona, era visto como un brujo con poderes de hechicero, y hasta corría el riesgo de ser quemado en la hoguera por sus prácticas incompatibles con las normas hasta entonces aceptadas por cierta gente o las autoridades regionales. Si algún genio o visionario hubiera aparecido en algún lugar concurrido, una aldea, poblado, en una especie de bicicleta, de madera, no inventada entonces, seguramente pudo ser  visto como un enviado del más allá o un demonio con ideas o poderes perniciosos, una amenaza al uso del caballo, un fenómeno contra toda lógica y una violación inaceptable a normas establecidas. En aquellos tiempos la religión frenaba cualquier idea o invento considerado producto de mentes enfermas o peligrosas a la vida cotidiana del ciudadano. La “ciencia” de la época estaba regida por estrictas normas y procedimientos ya comprobados como no nocivos al ser humano. Entonces volvamos a nuestro tiempo, el siglo veintiuno. Hoy, es lo contrario, todo lo que no esté avalado por la “ciencia” es oscurantismo. Por ejemplo, las “leyes” o principios enunciados por Isaac Newton (1642-1727), irrebatibles en su época, son, en general, casos particulares, válidas en condiciones determinadas, de acuerdo con la física moderna. Debido a que no se cumplen de la misma manera con los cuerpos que viajen a altas velocidades como la de la luz o los átomos y moléculas sometidos a enormes temperaturas. En otras palabras, la verdad de ayer pudiera no ser la de hoy. Cuántas veces no hemos oído: este producto o substancia se creyó durante largos años como muy favorable al funcionamiento del hígado, por citar un ejemplo, y hoy, según nuevos estudios, pudiera ser hasta perjudicial.
También, en estos días, la llamada ciencia que estudia tal rama no es tan verdadera porque existen demasiadas especulaciones que ponen en tela de juicio sus fundamentos o total validez. Las innumerables teorías acerca de esto y de aquello. Ejemplos, la creación del universo, la teoría del Big Bang, los universos paralelos, las múltiples teorías de los hoyos negros, la existencia de la antimateria, las múltiples dimensiones estipuladas por la Teoría de las Cuerdas (once dimensiones, las más aceptada), y la cual es fundamentada a través de ecuaciones matemáticas. Sin embargo, aunque muchos científicos apoyan esta teoría, otros, a pesar de los fundamentos matemáticos que avalan su posible veracidad, la rechazan. Es decir, esta última, es una teoría justificada matemáticamente y, por ende, factible de ser verdadera aunque incongruente o incompatible con ciertas leyes establecidas o aceptadas como solidas científicamente. Todo esto nos conduce a una conclusión irrefutable: la llamada ciencia, no es ni remotamente ciento por cierto verdadera, dejando espacio suficiente a otras ramas y teorías no consideradas tan científicas pero factibles porque mientras la llamada ciencia no las pueda refutar en términos totalmente científicos, seguirán tan incólumes como la propia ciencia. Actualmente nada puede considerarse imposible de ocurrir. Hay inventos, ideas, tan fantásticos que eran imposibles de concebir algunos años antes. La invención del teléfono regular, luego el celular, la televisión, la computadora, la aviación, la creación de una supercomputadora llamada Watson de IBM, la cual en el programa, show, de televisión Jeopardy, derrotó de forma espectacular y convincentemente a dos hombres que habían logrado el más alto puntaje durante el tiempo de existencia del programa sobre preguntas de temas diversos expresadas verbalmente por el conductor del show. Un hecho realmente increíble. Sus posibles aplicaciones a la medicina, en el diagnóstico de enfermedades y mejores tratamientos, así como a casi todas las ramas de la tecnología y hasta la misma ciencia son verdaderamente extraordinarias.
En la historia han existido grandes científicos que también eran religiosos, entre ellos se encontraban: Einstein, Max Planck (creador de la Teoría Cuántica), Nicolás Copérnico, Francis Bacon, Kepler, Galileo, Newton, Mendel, Kelvin y tantos otros. Recordemos que el ser humano es mitad materia y mitad espíritu. Actualmente se habla de la amenaza de la creación por los seres humanos de robots de inteligencia avanzada. Estos, según piensan muchos, pudieran terminar esclavizando o destruyendo al hombre. Sin embargo, estas máquinas, robots, no hubieran podido surgir sin la participación previa del ser humano.
Por todo esto, la ciencia actual se enfoca mayormente en la base material de los fenómenos; dejando en un plano casi inexistente a la parte espiritual. Y, de esta manera, olvidan que sin esta, la espiritual, ellos mismos no estarían analizando un determinado fenómeno.


martes, 23 de junio de 2015

COINCIDENCIAS O DESTINO (Segunda parte)

El hecho de que ocurra un fenómeno es impredecible pero factible.  ¿Cuán factible? Esta pregunta es casi imposible de responder o predecir, aunque hoy hay medios matemáticos y tecnológicos que otorgan un margen o porcentaje de ocurrencia loable. Es decir, aplicando la teoría probabilística y estadística a través de computadoras o sin éstas.
Resulta altamente curioso cómo surgió esta rama de las matemáticas. A mediados del siglo XVII, había en Francia un noble que le gustaba jugar, sobre todo a los dados. Este hombre era amigo de Pascal, uno de los grandes matemáticos de todos los tiempos, aunque no de los más descollantes, y lo hizo interesarse en cierto problema que el noble, llamado Antoine Gombaud, quería resolver: ¿Qué posibilidad tendría él de obtener un doble seis al lanzar veinticuatro veces dos dados al mismo tiempo? Pascal comenzó a discutir sobre el problema con su amigo Fermat, otro gran matemático francés, mediante cartas. Mi intención no es relatar una breve historia del surgimiento de la teoría de probabilidades, sino exponer la parte inicial del origen de esta importantísima rama de las matemáticas.  Hoy se sabe que el problema en cuestión seria resuelto de la siguiente manera.
P(obtener doble seis en 24 lanzamientos de dos dados) = Valor esperado = nxP(evento) =
24x(1/6)(16)= 24/36 = 2/3= o.67= 67%. Lo que indica que la probabilidad de la ocurrencia del hecho es bastante factible.
Ser el ganador de un ticket de la lotería del Mega Ball que se juega en New Jersey y otros estados, en el cual hay 75 números para escoger los primeros cinco números y uno de 15 para seleccionar el mega box, se reduce más o menos a: 0.0000000000321885974. Esto significa que la posibilidad de ser el ganador es casi inexistente, prácticamente cero. Sin embargo, la gente juega y hay ganadores.  ¿Cómo es posible? Unos le llaman un golpe de suerte; otros, destino y algunos, una gran casualidad. La ciencia, en este caso, no responde “realísticamente” a una posible ocurrencia. Imagínese la posibilidad de una persona ganar dos veces la lotería, el mismo juego; digamos el Mega Ball. Esto parece un suceso extremadamente imposible, ¿no? Pues han ocurrido muchos casos. Yo conocí un caso. Primero fue el padre y después la hija; al menos, eso fue lo que el padre dijo haber ocurrido. A lo mejor fue él mismo quien ganó las dos veces. Este caso es tan difícil de ocurrir que el hombre fue investigado por si hizo alguna clase de fraude.  
En estadística existe una ley llamada de los grandes números. Esta ley establece que un evento remotamente posible de ocurrir, pudiera suceder si esperamos un largo tiempo o hacemos una gran cantidad de intentos. Por ejemplo, si uno lanza una moneda, la probabilidad de que caiga cara o cruz (una cara u otra) es: ½ = 0.5 = 50% de ocurrencia de una cara o la otra. Ahora bien, ¿significa esto que si usted lanza la moneda 30 veces van a salir 15 de cada cara? Muy improbable. Pero si se aumenta el número de lanzamientos, se podrá apreciar que cada vez se aproximará más y más al valor ideal de 50%.
Ahora bien, hay una gran cantidad de hechos, fenómenos, que no pueden ser explicados a través de métodos simplemente matemáticos porque van en contra de toda lógica.
Según Dr. Bernard D. Beitman, un professor de psiquiatría de la Universidad de Virginia, la vasta cantidad de coincidencias que suceden en el mundo provienen de causas nunca descubiertas.
Hoy la ciencia trata de buscar explicaciones razonables o factibles a cualquier fenómeno, pero siempre permanecen más preguntas, incertidumbre, dudas que posibles respuestas. Una cosas es querer y otra, poder.
La teoría de la relatividad establece que la posición y velocidad de un observador afecta las medidas de los resultados de las observaciones. Por otro lado, la teoría quántica pronostica que el acto de observación pudiera afectar físicamente al objeto observado. Son tantas las contradicciones entre estas dos teorías que todavía no se ha encontrado una vía, una relación de unificación entre ellas.  El ser humano, mientras más intenta descubrir la naturaleza de las cosas y su entorno, va comprendiendo que cada día transita por un mundo diferente al día anterior.


Próximamente saldrá la tercera y última parte sobre este interesante tema, el cual pudiera resultar el más interesante de los tres. Pido disculpas a los lectores de mi blog por mi larga demora en publicar esta segunda parte; pero es que he estado extremadamente ocupado.

jueves, 7 de mayo de 2015

SOBRE MI ÚLTIMA NOVELA

UNA OFERTA DE PROMOCIÓN:
Para aquellos residentes en Estados Unidos de América que estén interesados en leer mi última novela: El velar de las estrellas, les informo que voy a regalar otros 5 libros, incluyendo el costo de envío. Solamente deben informar: nombre de la persona, dirección, profesión u ocupación o si estudia (mayor de 18 años).

El velar de las estrellas-photo-4-28-15.jpg

La novela, 422 páginas( tamaño 5.5" X 8.5"), se desarrolla en un pueblo chileno en donde existe un observatorio. Un drama moderno que nos muestra a un joven que regresa a su pueblo a realizar un sueño, pero que desde los primeros días comienza a confrontar una serie de problemas imprevistos. El amor, la envidia, el odio y las ansias de poder de algunos se combinan para crear una tensa situación que involucra y afecta de manera crucial directa e indirectamente tanto al personaje central como a muchas otras personas. El amor por una mujer lo ayuda y a la vez lo desgarra hasta un límite decisivo. Una historia que muestra que el ser humano no es tan débil para vencer ni tan fuerte para no ser vencido.

E.J. Castillo-Victores
Pueden enviar su solicitud a través de:
Mi correo electrónico: edcast92@yahoo.com

O al apartado postal:
E.J. Castillo-Victores
P.O. Box 2592
Elizabeth, NJ 07207-2592