SYNCHRONICITY
Hoy, el mundo en que habitamos está tan
materializado que solamente nos motivamos y movemos por todo aquello
considerado estrictamente material. Los
jóvenes, mayormente, ven la vida a través de este lente mágico que les permite
visualizar y hasta tocar si lo desean el “universo” que los rodea. El hombre es
esclavo de su educación, y, en consecuencia, así actúa y percibe las
cosas. Unos son ateos y otros demasiados
religiosos porque crecieron bajo una u otra influencia. Pero el ser humano no
puede ser tan dogmático como para creer ciegamente en un principio, en una idea
inducida en su mente. Está obligado, ante todo, a pensar, a dudar de la total
veracidad de ese principio. ¿Por qué Albert Einstein y Max Planck, creadores de
las Teoría de la Relatividad y Cuántica respectivamente, fueron hombres religiosos hasta el final de
sus días? Estos dos hombres revolucionaron la física y la visión del mundo y
del universo. Sin embargo, Stephen
Kawking, un gran científico inglés de la época actual, víctima de la enfermedad
de atrofia muscular, no parece ser religioso.
Cada uno tendrá sus razones para creer y no creer.
Ahora bien, mientras el ser humano se adentra
en el extremadamente complejo universo, menos parece explicarse qué es éste realmente.
Existió un científico suizo, Carl Gustav Jung, (1875-1961), médico y psicólogo,
el fundador de la psicología analítica. Sus estudios han influenciado la
psiquiatría, religión, filosofía, arqueología, antropología, literatura y otros
campos relacionados. Él, basándose en ciertos estudios previos de otro
científico, Paul Kammerer, 1919, quien
estudió coincidencia y usó el termino
seriality, publicó un libro, The Law
of Seriality, y también en sus propias experiencias
profesionales, creó la teoría de Synchronicity. Una teoría creada con el propósito de hallar
un vínculo entre ciencia y religión. Veamos una de las tantas definiciones de
esta teoría: La ocurrencia simultánea de ciertos estados físicos con uno o más
eventos externos que aparecen de manera significativa y paralelamente al estado
subjetivo momentáneo. También define
esta teoría como “meaningful coincidence”,
es decir, coincidencia significativa. En
otras palabras, cuando la división, la frontera, entre lo interno y externo se
disuelve. Esta teoría fue considerada por algunos como la teoría de la
psicología paralela a la teoría de la relatividad de Einstein.
Tratando de explicar esta teoría desde una
perspectiva menos intrincada, simple, este científico infiere que cada acción
que una persona ejecuta crea una resonancia en el universo. No existe un chance
o una coincidencia, sino un vínculo. “Synchronicity
es la teoría de la unidad”. Según la misma, nosotros estamos conectados por
fuerzas desconocidas. Les trasmitimos nuestros pensamientos a otros como una
telepatía. Todas las cosas y fenómenos, pasado, presente y futuro, están
relacionados de alguna manera. De acuerdo con la física, la energía y materia
no pueden ser creadas ni destruidas (principio de conservación de la energía). El pensamiento es energía. Por lo tanto no
puede ser destruido.
El autor de Synchronity mantuvo una estrecha relación profesional durante
largos años con Albert Einstein y otro famoso físico teórico Wolfgang Pauli. Este último fue un ferviente seguidor de la teoría
de Jung. A tal punto que él mismo formuló
un principio al que llamó Efecto Pauli. Citaremos una anécdota: Es conocido que
los físicos teóricos no manejaban bien o muy mal los equipos experimentales. Se
cuenta que Pauli apenas entraba en un laboratorio, algo comenzaba a funcionar
mal o alguna rotura se producía. Pues bien, una tarde un complicado aparato diseñado
para el estudio del comportamiento de los átomos, del laboratorio de un
conocido profesor, J. Franck en Göttingen , colapsó. Este profesor le escribió una
carta a Jung ironizando sobre el incidente. Pocas semanas después recibió una
carta respuesta de Jung, diciendo que esa tarde precisamente, él, Jung, yendo de
viaje a visitar al famoso científico Bohr, el tren donde viajaba fue detenido
por un tiempo en la estación de trenes de Göttingen, la ciudad del profesor J.
Franck.
En mi caso particular, yo quería estudiar física. Pero lo único que
me atraía era la física teórica, sin embargo, desistí de estudiar esta rama de
la ciencia porque para poder graduarse en esta especialidad tenía que asistir y
aprobar muchos cursos de laboratorio, los cuales detestaba. Por otra parte, poseo habilidades manuales
para realizar trabajos que requieren esta destreza. Una contradicción inexplicable.
Ahora, el día 21 de Octubre, publicaron un artículo
en el internet, Einstein wouldn’t like
it: New test proves the universe is “spooky”. En uno de mis artículos anteriores acerca de
coincidencia y destino, expuse lo que se conoce como fenómeno “entangled”, el cual establece que no
importa cuán distantes estén dos partículas, ellas van a estar conectadas. En este artículo se plantea que el universo es
extraño, difícil de interpretar y predecir. 80 años atrás, los científicos catalogaron de
la misma manera, desestimando, el reclamo de un científico de que la simple
idea de observar una partícula pudiera instantáneamente cambiar un objeto muy
distante. Científicos noruegos dijeron el mismo día, 10/21/15, que ellos han probado
decisivamente que tal efecto es real. Einstein había predicho en 1935 que un
efecto relacionado y previsto en la teoría cuántica era “spooky action at a
distance”, o sea, una acción fantasmagórica a una distancia. Esta fenomenal verificación
abre una puerta, hasta ahora cerrada para muchos, de que la teoría de Synchronicity de Carl Gustav Jung no era
obra de un alucinado espiritista que veía las cosas y fenómenos a través de un
prisma imaginario. Nada es tan material ni tampoco extremadamente espiritual que excluya uno del otro.
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