martes, 23 de abril de 2013

¿POR QUÉ EL CONSUMO DE DROGAS?


¿ES EL CONSUMO DE DROGAS INEVITABLE?

El ser humano es muy complejo y testarudo.  De nada sirven las prohibiciones como no sea promover un lucrativo negocio subterráneo. La pregunta que deben hacerse los sociólogos, psicólogos, políticos y todos aquellos involucrados de una forma u otra en el consumo de narcóticos de cualquier índole, es ¿por qué tanta gente persiste; arriesga todo, incluyendo su propia vida, en consumir drogas?  Ésta es la pregunta que todos deben hacerse y buscar una o las respuestas adecuadas?  Y en consecuencia, una vez conocidas las verdaderas causas, buscar soluciones reales al problema. No solamente con propaganda se ganara la batalla, sino aplicando el verdadero antídoto al veneno.
Yo pienso que en el mundo de hoy muchas personas buscan en las drogas un escape debido a: 
1.     En primer lugar, el consumo de drogas históricamente se ha debido fundamente a dos factores: a. Por puro placer. Ponerse ‘high’. Es decir, buscar sensaciones superiores a las normales; b. Escapismo. Ya sea de índole económico o psicológico. La persona trata de evadirse de los problemas que lo agobian, sin salida aparente. Entonces encuentra en las drogas una evasión aunque sea momentánea, y así va cayendo en una fuerte adicción. 
2.     El aislamiento en que viven las personas, huyendo unas de otras.
3.     La falta de distracciones sanas como a. fiestas periódicas organizadas por grupos afines o asociaciones independientes de acuerdo a categorías  sociales u otros parámetros que los identifique y los una; b. actividades culturales que las personas puedan afrontar monetariamente; c. organización de ferias y actividades sanas de diversión al aire libre.
4.     La prácticamente desaparición de las clases sociales que ha traído más problemas que soluciones, incluyendo la extinción paulatina de la clase media. Hasta los animales e insectos mantienen y cultivan como algo sagrado y obligatorio la división de clases. Es algo vital en su supervivencia. No es algo producto de la conciencia, sino de la experiencia y de la necesidad de ser o dejar de ser. La total abolición de las clases sociales en cualquier tipo de sociedad provoca el caos y la verdadera discriminación en contra de los ciudadanos que verdaderamente promueven el desarrollo y embellecen la vida.  Como dice el tango argentino Cambalache:
Que el mundo fue y será
una porquería, ya lo sé.
En el quinientos seis
y en el dos mil, también.
Que siempre ha habido chorros,
maquiavelos y estafaos,
contentos y amargaos,
barones y dublés.
Pero que el siglo veinte
es un despliegue
de maldá insolente,
ya no hay quien lo niegue.
Vivimos revolcaos en un merengue
y en el mismo lodo
todos manoseados.
Hoy resulta que es lo mismo
ser derecho que traidor,
ignorante, sabio o chorro,
generoso o estafador...
¡Todo es igual!
¡Nada es mejor!
Lo mismo un burro
que un gran profesor.
No hay aplazaos ni escalafón,
los ignorantes nos han igualao.
Si uno vive en la impostura
y otro roba en su ambición,
da lo mismo que sea cura,
colchonero, Rey de Bastos,
caradura o polizón.
¡Qué falta de respeto,
qué atropello a la razón!
Cualquiera es un señor,
cualquiera es un ladrón...
Mezclao con Stravisky
va Don Bosco y La Mignon,
Don Chicho y Napoleón,
Carnera y San Martín...
Igual que en la vidriera
irrespetuosa
de los cambalaches
se ha mezclao la vida,
y herida por un sable sin remache
ves llorar la Biblia
junto a un calefón.
Siglo veinte, cambalache
problemático y febril...
El que no llora no mama
y el que no afana es un gil.
¡Dale, nomás...!
¡Dale, que va...!
¡Que allá en el Horno
nos vamo’a encontrar...!
No pienses más; sentate a un lao,
que ha nadie importa si naciste honrao...
Es lo mismo el que labura
noche y día como un buey,
que el que vive de los otros,
que el que mata, que el que cura,
o está fuera de la ley...

5.     Hay algo que ha ido minando al mundo, en apariencia sin importancia, pero que con el tiempo va degradando al ser humano. Me refiero a la forma, la moda descuidada, vulgar, horrible, denigrante, en que la gente se viste actualmente. Antes se les llamaba mataperros,  payasos, pordioseros, andrajosos, enajenados sociales, etc.  Esto ha provocado que muchas mujeres parezcan brujas, desaliñadas, descuidadas, repulsivas. Es romper el concepto clásico del buen vestir aunque se sea pobre. Hasta las muñecas de las niñas han cambiado su imagen. Antes era muñecas bellísimas, hoy son adefesios, cabezonas,  gordas, lo más feas posibles.  Es romper el clásico concepto “burgués”, según los liberales, de la belleza. Mientras más horribles, más acordes con los tiempos de los liberales, de los “hippies”, de los drogadictos, de los promotores del amor libre y de la vida desordenada y sin objetivos. ¿Qué hombre no va a intentar evadirse, esconderse y hasta endrogarse al no encontrar una mujer, su mujer, en la casa o en la calle que lo haga soñar y amar la vida? Estos deformadores del ser humano moderno se odian a sí mismos y desean y buscan a toda costa que los demás vivan como ellos, como cerdos. Cuando a una mujer no le interesa lucir bella, atractiva al sexo opuesto, no puede sentir amor por la vida. Su estimación propia está por el suelo, no le puede interesar nada ni nadie. Algo similar sucede con los hombres. Un hombre que no le importe lucir bien, elegante o al menos presentable para llamar la atención de una mujer, deja de sentir fe en la vida, pierde toda motivación. La miseria, no solamente es material sino mayormente espiritual, deja a la persona completamente vulnerable a ser invadido por el virus o la larva que producirá su descomposición y enajenación social llevándolo de la mano al consumo de las drogas.
6.     La materialización de la sociedad. Hoy la gente vive esclava de lo material: del celular, del televisor, del auto, de un par de tenis o ‘sneakers’, de unos jeans rotos y desteñidos, etc. La persona se olvida, en su totalidad, de la vida espiritual. Centra su vida solamente en los logros y estímulos materiales.
7.     La amistad no se cultiva, se ve con desconfianza. Las personas necesitan amigos, buenos vecinos y no delincuentes disfrazados que amenazan y acaban con los barrios.
8.      El matrimonio es visto en muchos casos como una reliquia histórica. Y cuando el tiempo pasa, cuando la juventud se va esfumando, la depresión y la soledad los corroe como el salitre al hierro. Ya no hay marcha atrás. Las drogas es la única alternativa.
9.     La libertad excesiva de los jóvenes que enloquecen porque les llegue el día de romper el cordón umbilical que los ata a sus padres. Quieren ser libres y vivir ‘la vida loca’. El vivir solos, antes de lo normal, sin la tutela y la guía de los padres, los convierte en fáciles víctimas de las drogas y de otras influencias tan perjudiciales o peores que los narcóticos.
10.                        La violencia en la televisión, cine y los juegos de videos. La cultura de violencia tiende a arrastrar a los jóvenes a un estado de ansiedad irrefrenable que termina en una adicción a la violencia, y las drogas son un medio “ideal” de vivir la violencia en forma permanente y en grado superlativo, “high”; fuera de la realidad.
11.                        El cultivo indiscriminado de la vulgaridad, la obscenidad,  la dejadez, el mal gusto, la exaltación y el disfrute de la peor música, los peores hábitos humanos, la miseria humana, no dejan vías de escape.
12.                        La divulgación sistemática de los peores comerciales jamás vistos en la televisión que buscan, malévola y sistemáticamente, cambiar la forma tradicional de pensar y actuar en detrimentos de los valores establecidos durante siglos.
13.                        Una prensa liberal que divulga lo peor de la sociedad y que aprovecha cada oportunidad para golpear o degradar los valores históricos y positivos heredados por generaciones, educando negativamente a los niños y a los jóvenes. [Vea mi artículo: El hombre es esclavo de su educación]. Una prensa nociva, puede causar extremadamente más daño que todas las drogas juntas.
Tal vez pudieran existir otros factores importantes que conducen a la degeneración del ser humano. Recordemos que somos cuerpos orgánicos, expuestos a los gérmenes, bacterias y virus que nos amenazan constantemente. Y además de esto, y algo de extrema importancia,  somos cuerpos orgánicos con conciencia, con un alma dentro que pude ser más fácil de corroer, corromper que la materia orgánica por sí sola. 
Las drogas, como dije en el artículo anterior (¿Legalizar o no las drogas?) son imposibles de erradicar en su totalidad porque siempre se han  consumido en mayor o menor grado debido al  punto 1, antes citado. Pero si se puede reducir considerablemente su consumo si se eliminan o disminuyen las causas que provocan su uso indiscriminado, según se expresa en los puntos del 2 al 13.
 ¿Serán todos los puntos negativos enumerados anteriormente, a partir del punto 2, obra de la casualidad, la evolución espontánea, o parte de una conspiración diabólica de un poderoso grupo que pretende cambiar el curso del mundo con un propósito desapercibido por la mayoría de la gente? Yo no quiero dar mi parecer final, lo dejo en manos del lector. 

lunes, 15 de abril de 2013


¿LEGALIZAR O NO  LAS DROGAS?

Éste es un tema candente y controversial.  Hasta ahora, por un problema moral, la legalización de las drogas se ha visto como un crimen de lesa humanidad, algo descabellado e improcedente.  Así también pensaba yo hasta que los hechos fueron cambiando mi opinión. 
Veamos algunas evidencias antes de emitir mi punto de vista al respecto.  En todos los países y lugares que han declarado por decreto la llamada "ley seca”, es decir, la prohibición de bebidas alcohólicas, ¿qué ha ocurrido? Sencillamente el caos, el desbarajuste.  La gente comienza a fabricar sus propias bebidas alcohólicas con medios rudimentarios y con sustancias altamente nocivas y peligrosas para la salud a corto y mediano plazo. Estos nuevos brebajes alcohólicos son varias veces más letales que las bebidas vendidas legalmente por productores industriales con mejores componentes y ciertas normas de seguridad y calidad. Los productores caseros, clandestinos, han utilizado hasta materia fecal para fabricar su producto.
Entonces partamos del hecho de que las bebidas alcohólicas están legalizadas casi en su totalidad en el mundo.  ¿Cuál es la situación actual? Solamente en EUA se estima que el 65% de la población consume algún tipo de bebida alcohólica con cierta frecuencia u ocasionalmente.  Esto representó más o menos, en el año 2008, $188, 000,000,000 anualmente. ¿Y en tabaco? $75,000,000,000. Es decir, ambos, entre alcohol y tabaco, hacen un total de $263,000,000,000.  
¿Cuántas muertes causa el alcohol mundialmente al año? 2.5 millones, que comparado con la población mundial actual, aproximadamente 7,000,000,000 de personas,  es insignificante ¿Cuántos nacimientos hay anualmente en el mundo? Cerca de 140 millones. O sea, 2.5/140 arroja un aproximado de menos del 2%. Es decir, se repone cada año el 98% de las personas fallecidas a causa del alcohol.
¿Y cuantas personas mueren mundialmente del tabaco?  Un aproximado de 3 millones. Algo superior al alcohol.
Ahora analicemos las drogas ilegales. En EUA solamente se gasta en marihuana entre 10-40 billones de dólares anualmente. Una droga ilegal. Se consume alrededor de 22,000 toneladas métricas anualmente(48,500,000lb).  ¿Y cuánto se gasta en drogas ilegales en el mundo?  Aproximadamente $360,000,000,000. Esta cifra es un estimado porque en realidad pudiera ser mucho mayor.
De todo esto se concluye de manera evidente que la gente consume drogas ya sean legales o ilegales. Pero, ¿por qué? La respuesta o respuestas pueden variar desde lo sospechado hasta lo inconcebible. Unos las consumen para enajenarse del mundo hostil en que viven; otros por puro placer, para flotar en el aire como un pajarito o tal vez como una mosca en busca de un cuerpo putrefacto, o quizás su propio cuerpo.  El hecho es que gran cantidad de personas las siguen consumiendo a pesar de los billones que gastan los países en advertir a los consumidores y a potenciales consumidores sobre los devastadores  peligros a que se exponen, así como en combatir su uso.
Por otra parte, si la gente tiende a consumir drogas, legales o ilegales, ¿por qué entonces empeñarse en declarar algunas drogas ilegales?
Si las drogas se legalizaran sin excepción se   reduciría el crimen;  se recaudaría mayor cantidad en impuestos en beneficio de la población, perdidos al ser las ventas ilegales; se sanearía la sociedad en mayor grado y se obtendrían otros incontables beneficios
En mi opinión, legalizando todas las drogas se podrían vender en las farmacias para los mayores de edad con identificación; de obligatorio cumplimiento.
Toda la cantidad inmensa de dinero gastado en combatir las drogas ilegales, batalla perdida, se podría sumar a otra cantidad destinada a educar a las personas desde la primaria hasta las universidades y población en general sobre los grandes peligros que conlleva el consumo de las drogas.  Educándolos en las escuelas y a través de una propaganda masiva y sistemática en los medios de difusión, incluyendo el internet. Aunque la educación, por si sola, no es suficiente.
Si una persona insiste en seguir, a pesar de todo,  consumiendo drogas sabiendo con creces a los peligros que se expone; entre ellos, de convertirse en un adicto con pocas perspectivas de salvación,  pues ésa es su decisión, su responsabilidad. De todas maneras, se prohíba o no, las personas propensas al consumo indiscriminado o “controlado” de drogas, lo seguirán haciendo. Una prueba irrefutable y altamente ilustrativa es la adicción al cigarro. Los ejemplos gráficos , horripilantes, que se muestran en la televisión sobre las consecuencias fatales de fumar tabaco, no son suficientes para convencer o disuadir a los que persisten en seguir consumiendo su vida, fumando.  Si se les prohibiera el tabaco, estas personas fumarían tabaco clandestino o cualquier otra yerba que le produjera un efecto similar, o la inventarían.
¿Existieron siempre las drogas? ¿Hubo antes el mismo problema actual? Para responder la primera pregunta: por supuesto que sí, siempre han existido drogas de diferentes tipos y efectos, tales como marihuana, opio, morfina, heroína y otras más o menos conocidas.
Una breve referencia histórica: El opio se piensa ser originario de la región mediterránea. Los primeros datos conocidos provienen de la zona alrededor de un lago suizo, en el cuarto milenio antes de Cristo, según excavaciones arqueológicas.   Las primeras referencias escritas sobre el opio se registraron en un texto sumerio de 5,400 años de antigüedad.  La ‘planta del disfrute’(joy plant) en la parte baja de la Mesopotamia, Sumeria, Babilonia y en Asiria aparece registrada en distintos escritos de estas regiones, describiendo el uso medicinal del opio. La descripción de la existencia del opio solo hace referencia a su uso medicinal, pero seguramente era consumido como una droga para sentirse ‘high’ o alucinado.  En Egipto se usaba el opio por placer como un sedativo, y se comerciaba con Grecia y partes de la Europa actual. El opio se consumía mayormente disuelto en bebidas como el té.
En los tiempos greco-romano, el opio fue usado en ceremonias religiosas, contra el dolor, sedativo para dormir y por placer por sus “atributos mágicos”.
En la India y China se proliferó, D.C, su uso con los mismos usos de las regiones de origen, llevado a estos dos países por comerciantes, marineros y otros.
La marihuana es oriunda, según se cree, de China. Datos de un cuarto de milenio después de Cristo describen su uso en este país con los mismos propósitos del opio.
Del opio se derivan otras drogas como la heroína, la morfina y otras derivadas de éstas últimas.
Entonces, ¿por qué las drogas hoy causan tantos problemas y no antes? Bueno, yo pienso que una posible causa era, en primer lugar, que las drogas no se veían como la ‘fruta prohibida’; y en segundo lugar, la forma de vida de nuestros antepasados.
Mientras más se insista en prohibir las drogas, más se prolifera su consumo. Ésta no es la mejor forma de combatir su uso. La imposición no convence, rebela. A nadie tampoco se convence con consejos. Es como enfrentarse al toro sin capa ni espada. Hay que buscar las causas del mal, y en consecuencia actuar de la manera más inteligente y eficaz posible.
Hay una obra del escritor portugués, ya fallecido, José Saramago, Las Intermitencias de la Muerte, que narra una extraña situación: La muerte se suprime, deja de suceder, en un lugar o pueblo. Al principio la gente festeja enloquecida tal acontecimiento histórico. Después, al pasar el tiempo, comienzan a surgir problemas muy serios. De tal manera que algunos quieren morir y buscan desesperados poder descansar de una vez…
Porque, hágase  lo que se haga, la eliminación completa del consumo de drogas no se podrá lograr totalmente, sino parcialmente; reducir su consumo en mayor proporción. Las drogas son partes del mal, y el mal existirá mientras exista el bien. Una paradoja, sí; pero tan real como la existencia de la vida  y la muerte. Entonces, ¿para qué insistir en su prohibición?

Nota: vea mi próximo artículo de lo que pienso sean las causas del consumo de narcóticos y las posibles soluciones.


  

viernes, 5 de abril de 2013


EL HOMBRE ES ESCLAVO DE SU EDUCACION

Esta aseveración pudiera aparecer un poco forzada o dramática. Sin embargo, si hurgamos en la historia, existen suficientes evidencias que la avalan.  No pretendo hacer un análisis político que pudiera presentar la cara negativa de la moneda. Esto es,  el uso siniestro de la programación de la mente humana por regímenes totalitarios. No, mi objetivo en este artículo es exponer la otra cara, la positiva.
Es decir, el uso positivo de la propaganda, el implante de ideas que redunden en beneficio de la gente y, a la vez, enseñarlos a pensar. La educación que prepare y guie al ser humano en su desenvolvimiento social e individual en pos de una vida mejor. Ayudando a crear un hombre compasivo, virtuoso, no apegado a dogmas enajenantes ni a lo material. El hombre actual está muy limitado por ciertas ataduras heredadas de sus antepasados y de la sociedad donde se formara.  Estas trabas lo condicionan a una vida irregular, sin perspectivas, sin un disfrute verdadero.
Los niños deben ser enseñados cómo pensar,  no qué pensar’, dijo en una ocasión Margaret Mead, antropóloga, comunicadora estadounidense (1901-1978).  ‘La mente es como una sombrilla, solamente es útil cuando está abierta’; anónimo.  Estos dos pensamientos encierran por si solos toda la esencia, la verdad del universo que abarca este tema.
Ahora bien, para formar o educar hombres y mujeres de bien hace falta transformar las escuelas en centros reales que desarrollen en forma positiva el intelecto humano. Instituciones que los enseñen a pensar no de una manera predeterminada, sino abierta; aunque sin descuidar los valores y principios que eleven al hombre a su más alta categoría donde habitan los próceres, los poetas abanderados, los grandes pensadores.  Mostrar que no todos los caminos conducen a Roma; porque Roma es solo un destino, no el de todos. Pero para realizar una actividad son necesarios ciertos instrumentos así como los medios adecuados y las habilidades o conocimientos mínimos  para su ejecución.
Si el hombre de hoy fuera educado desde la primaria gradualmente, como parte integral, una asignatura del currículo de estudio, escuchando y aprendiendo a disfrutar la música clásica, sus perspectivas de futuro no serían las mismas que las de sus antepasados.  De esta manera se reduciría en grado superlativo la vulgaridad, el gusto por la mala música, la violencia. Lo haría un ser humano más sensible, mejor preparado para entender y amar al prójimo, la naturaleza y el medio ambiente.
La escuela debe ser una especie de laboratorio donde los jóvenes empiecen desde temprana edad a realizar experimentos, a investigar y dar rienda suelta a su imaginación.  Que nunca estén supeditados a una ideología o forma de pensar determinada, sino que se les den a conocer todas las ideologías y filosofías, sus puntos fuertes y débiles; y sobre todo que se debata cada una de ellas abiertamente y se asignen proyectos para futuras discusiones.
Hablo de la música clásica porque es mi convicción plena que esta clase de música pudiera jugar un papel de extraordinaria importancia en la formación de la juventud.  ‘Sin música, la vida pudiera ser un error’; Nietzsche. Pero seguramente este famoso filósofo alemán hablaba de la música que él conocía, la música clásica.  Y no es que yo pretenda que toda la música debe ser clásica, no. Pero si ésta predomina, las demás serán forzosamente más depuradas y hermosas. Hoy existe demasiada vulgaridad, mediocridad, primitivismo y salvajismo. Una persona educada, con la capacidad de poder disfrutar esta música sería prácticamente imposible que se comportara socialmente como un troglodita,  un ignorante de los verdaderos valores de la vida. 
Un tonto educado es más tonto que un tonto ignorante’; Moliere.  ‘Educar la mente sin educar el corazón no es educación en sí’; Aristóteles. Y aquí volvemos  al título de este artículo.  El hombre necesita ser educado, pero de una manera apropiada: científica;  espiritual, sin olvidar la opción u oportunidad religiosa; musical, priorizando la música clásica; cultural y moralmente, donde se inculquen los mejores valores heredados de nuestros antepasados.
‘La educación es un arma, cuyos efectos depende de quién la sostiene en las manos y a quién ésta le apunte”; dijo uno de los peores dictadores de la humanidad de quien prefiero no decir su nombre. Esta idea o pronunciamiento no fue fruto de la abstracción o simple meditación, no; sino que fue expresada en base a la experiencia de un hombre que supo explotar al máximo la potencialidad de cómo manipular al ser humano, es otra prueba más de la importancia de la verdadera educación, la que redime al hombre y no lo esclavice. No de una forma manipulativa, malévola, en correspondencia con ciertos intereses personales o de un grupo con ideas afines intentando apoderarse del pensamiento y de la acción de otros, de un pueblo. De ninguna manera.  Hablo de educar al hombre para que sea verdaderamente libre y no un esclavo, un estúpido programado para realizar el sueño egoísta o macabro de otros.
La música clásica puede ser un gran instrumento, un excelente medio, no un fin.  La clase de educación, positiva o negativa, es la que determinará la diferencia. El futuro de la humanidad dependerá de cuál cara de la moneda se aplique, de qué forma,  y a quién esta poderosa arma se apunte.  ¡Dejemos que las obras maestras de Mozart, Beethoven, Chopin, Liszt, Debussy y de tantos otros maestros de siglos pasados y de siglos futuros, si se siguiera cultivando adecuadamente esta música, nos guíen en pos de alcanzar ese gran objetivo que es educar de la mejor manera a las futuras generaciones!