jueves, 22 de octubre de 2015

COINCIDENCIAS O DESTINO (Parte IV)

SYNCHRONICITY

Hoy, el mundo en que habitamos está tan materializado que solamente nos motivamos y movemos por todo aquello considerado estrictamente material.  Los jóvenes, mayormente, ven la vida a través de este lente mágico que les permite visualizar y hasta tocar si lo desean el “universo” que los rodea. El hombre es esclavo de su educación, y, en consecuencia, así actúa y percibe las cosas.  Unos son ateos y otros demasiados religiosos porque crecieron bajo una u otra influencia. Pero el ser humano no puede ser tan dogmático como para creer ciegamente en un principio, en una idea inducida en su mente. Está obligado, ante todo, a pensar, a dudar de la total veracidad de ese principio. ¿Por qué Albert Einstein y Max Planck, creadores de las Teoría de la Relatividad y Cuántica respectivamente,  fueron hombres religiosos hasta el final de sus días? Estos dos hombres revolucionaron la física y la visión del mundo y del universo.  Sin embargo, Stephen Kawking, un gran científico inglés de la época actual, víctima de la enfermedad de atrofia muscular, no parece ser religioso.  Cada uno tendrá sus razones para creer y no creer.
Ahora bien, mientras el ser humano se adentra en el extremadamente complejo universo, menos parece explicarse qué es éste realmente. Existió un científico suizo, Carl Gustav Jung, (1875-1961), médico y psicólogo, el fundador de la psicología analítica. Sus estudios han influenciado la psiquiatría, religión, filosofía, arqueología, antropología, literatura y otros campos relacionados. Él, basándose en ciertos estudios previos de otro científico, Paul Kammerer, 1919,  quien estudió coincidencia y usó el termino seriality, publicó un libro, The Law of Seriality,  y también en sus propias experiencias profesionales, creó la teoría de Synchronicity.  Una teoría creada con el propósito de hallar un vínculo entre ciencia y religión. Veamos una de las tantas definiciones de esta teoría: La ocurrencia simultánea de ciertos estados físicos con uno o más eventos externos que aparecen de manera significativa y paralelamente al estado subjetivo momentáneo.  También define esta teoría como “meaningful coincidence”, es decir, coincidencia significativa.  En otras palabras, cuando la división, la frontera, entre lo interno y externo se disuelve. Esta teoría fue considerada por algunos como la teoría de la psicología paralela a la teoría de la relatividad de Einstein.
Tratando de explicar esta teoría desde una perspectiva menos intrincada, simple, este científico infiere que cada acción que una persona ejecuta crea una resonancia en el universo. No existe un chance o una coincidencia, sino un vínculo. “Synchronicity es la teoría de la unidad”. Según la misma, nosotros estamos conectados por fuerzas desconocidas. Les trasmitimos nuestros pensamientos a otros como una telepatía. Todas las cosas y fenómenos, pasado, presente y futuro, están relacionados de alguna manera. De acuerdo con la física, la energía y materia no pueden ser creadas ni destruidas (principio de conservación de la energía).  El pensamiento es energía. Por lo tanto no puede ser destruido.
El autor de Synchronity mantuvo una estrecha relación profesional durante largos años con Albert Einstein y otro famoso físico teórico Wolfgang Pauli.  Este último fue un ferviente seguidor de la teoría de Jung.  A tal punto que él mismo formuló un principio al que llamó Efecto Pauli. Citaremos una anécdota: Es conocido que los físicos teóricos no manejaban bien o muy mal los equipos experimentales. Se cuenta que Pauli apenas entraba en un laboratorio, algo comenzaba a funcionar mal o alguna rotura se producía. Pues bien, una tarde un complicado aparato diseñado para el estudio del comportamiento de los átomos, del laboratorio de un conocido profesor, J. Franck en Göttingen , colapsó. Este profesor le escribió una carta a Jung ironizando sobre el incidente. Pocas semanas después recibió una carta respuesta de Jung, diciendo que esa tarde precisamente, él, Jung, yendo de viaje a visitar al famoso científico Bohr, el tren donde viajaba fue detenido por un tiempo en la estación de trenes de Göttingen, la ciudad del profesor J. Franck.  
En mi caso particular,  yo quería estudiar física. Pero lo único que me atraía era la física teórica, sin embargo, desistí de estudiar esta rama de la ciencia porque para poder graduarse en esta especialidad tenía que asistir y aprobar muchos cursos de laboratorio, los cuales detestaba.  Por otra parte, poseo habilidades manuales para realizar trabajos que requieren esta destreza. Una contradicción inexplicable.

Ahora, el día 21 de Octubre, publicaron un artículo en el internet, Einstein wouldn’t like it: New test proves the universe is “spooky”.  En uno de mis artículos anteriores acerca de coincidencia y destino, expuse lo que se conoce como fenómeno “entangled”, el cual establece que no importa cuán distantes estén dos partículas, ellas van a estar conectadas.  En este artículo se plantea que el universo es extraño, difícil de interpretar y predecir. 80 años atrás, los científicos catalogaron de la misma manera, desestimando, el reclamo de un científico de que la simple idea de observar una partícula pudiera instantáneamente cambiar un objeto muy distante. Científicos noruegos dijeron el mismo día, 10/21/15, que ellos han probado decisivamente que tal efecto es real. Einstein había predicho en 1935 que un efecto relacionado y previsto en la teoría cuántica era “spooky action at a distance”, o sea, una acción fantasmagórica a una distancia. Esta fenomenal verificación abre una puerta, hasta ahora cerrada para muchos, de que la teoría de Synchronicity de Carl Gustav Jung no era obra de un alucinado espiritista que veía las cosas y fenómenos a través de un prisma imaginario. Nada es tan material ni tampoco extremadamente espiritual que excluya uno del otro.